En colaboración con, IpesaSilo, una empresa líder en el mercado de silo bolsas se sigue expandiendo el proyecto solidario que tiene como objetivo recaudar fondos para algunas instituciones del país que luchan contra el cáncer de mama.
¿Cómo funciona esta gran iniciativa? Cada vez que un productor de granos opta por almacenarlos en una silo bolsa rosa, se destina una suma en dólares a ciertas organizaciones (Ej: FUNDALEU). Y lo mejor de todo es que la innovación y el desarrollo científico permitieron diseñarla igual de confiable que las ya conocidas.
El agrónomo, Jaime Feeney, desempeñó un papel clave en la creación de la alianza entre el sector agropecuario y la lucha contra el cáncer de mama, la cual fue iniciada por IPESA y fue respaldada por otros actores que se unieron a la causa. Además, cada año se suman más productores a esta iniciativa solidaria.
La inspiración para este proyecto surgió durante un viaje a Irlanda, donde Feeney, observó silo bolsas de diferentes colores. Al preguntar acerca de las que eran rosas, le explicaron que tenían que ver con una campaña de concientización sobre el cáncer de mama que se estaba haciendo en aquel momento (2016).
Pablo Seniow, del departamento técnico comercial de IpesaSilo, explicó que después de varios análisis evidenciaron que “como el cambio de temperatura no era significativo implementando este color, no se producía ningún efecto perjudicial en el almacenaje de granos”.
Por ende, IpesaSilo, decidió establecer una donación cada vez que un productor solicitara una silo bolsa rosa para su campo. El profesional explicó que enfrentaron desafíos económicos y de comunicación al implementar la iniciativa: «No podíamos aumentar el precio del producto para hacer la donación, y además debíamos comunicar de manera clara que el cambio de color no afectaría la producción de ninguna manera».
El lanzamiento en 2017 fue una sorpresa para muchos y la repercusión fue muy buena. Al día de hoy, ya se vendieron más de 6.800 bolsas rosas en el mercado, y la idea fue replicada en Australia donde hicieron una campaña a raíz de esta iniciativa.
Después de demostrar su efectividad, numerosos agricultores de diferentes regiones del país se interesaron por tener granos almacenados en las Silo Rosas en sus campos. El ingeniero destacó que recordaba especialmente a un hombre de Puan, en la provincia de Buenos Aires, cuya esposa había padecido cáncer y sentía la necesidad de comprar una.
Seniow no imaginó que desde el agro fuera posible una iniciativa solidaria de estas características. “No hay techo para la tecnología, esto es una innovación que se combina con los valores de todos, con lo que cada uno siente”, reflexionó. La colaboración de distintos actores de la sociedad fue fundamental para su éxito.
En la actualidad, la iniciativa sigue ganando terreno y concientizando a la sociedad sobre la importancia de la lucha contra el cáncer de mama. Además, logró sumar la colaboración de otros jugadores del mercado, quienes también destinan una parte de sus ganancias a la causa.
Este proyecto está demostrando que cualquier persona o empresa, sin importar su rubro o especialidad, puede contribuir a la sociedad de manera positiva y solidaria. También nos enseña que la innovación y la tecnología pueden ser herramientas poderosas para el cambio social y la concientización.
