Conocida científicamente como Dalbulus Maidis, la chicharrita es una especie endémica que se halla presente en los campos, atacando principalmente al sector productivo del norte argentino, y que se lo califica como un “cisne negro” para el maíz, ya que se alimenta de este grano. Algunas entidades pidieron que se llame a una emergencia sanitaria.
La chicharrita, cuya llegada no se había proyectado, podría terminar de afectar una campaña agrícola que había comenzado en excelentes condiciones y luego decayó como consecuencia de fenómenos climáticos. A este problema se le añadió el impactó del bicho en la cosecha de maíz, con pérdidas que superan las 4,5 millones de toneladas de acuerdo a las estimaciones de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR).
Qué está ocurriendo con la chicharrita
La llegada del Dalbulus Maidis fue una sorpresa más que negativa para los productores de maíz del norte del país. Según la entidad santafesina, el daño provocado por este insecto ya habría alcanzado el 5% del total de la cosecha de este grano, lo que se traduce a pérdidas de millones de dólares para una parte del sector.
Uno de los principales problemas es que la chicharrita transmite la enfermedad Spiroplasma kunkelli, una plaga para la que todavía no existen híbridos resistentes. Como consecuencia, las estimaciones de la cosecha de maíz se reducen y muchos productores tienen que optar por alternativas, como picarlos y destinarlos a forraje, una opción que no es rentable económicamente en comparación con la venta en granos.
Cuáles son las zonas afectadas por la chicharrita
Si bien no tuvo el mismo impacto en todas las localidades, campos de las provincias de Tucumán, el norte de Córdoba, el norte y el sur de Santa Fe sufrieron problemas en sus cultivos de maíz tardío. Mientras tanto, la Bolsa de Cereales de Buenos Aires mantuvo su estimación, ya que no es un área en la que se halle presente.
Sobre este punto, en Córdoba creció la preocupación por los lotes tardíos ya que constituyen el 84% de la superficie del cultivo de toda la región. Según lo informado en una encuesta privada del movimiento CREA entre los productores, el porcentaje de pérdidas en los rindes del maíz tardío oscila entre el 11% y el 34%. Por su parte, en Tucuman ya afectó al 50% de la superficie sembrada, lo que equivale a un total de 80 mil hectáreas.
En base a lo ocurrido, dos diputados nacionales pidieron que se declare una emergencia en todo el país por el crecimiento y el daño que está provocando la chicharrita, además de considerar que la enfermedad que transmite llegó a Chaco, Tucumán, Salta, La Pampa, Santiago del Estero, Catamarca, Córdoba, Santa Fe y Entre Ríos.
La explicación de los científicos sobre la chicharrita
Daniel Ploper, ingeniero agrónomo e investigador del Conicet aseguró que el achaparramiento del maíz es la principal enfermedad que atraviesa la campaña agrícola argentina. El insecto es el culpable de transmitir cuatro patógenos a las plantas sanas, provocando que se vuelvan improductivos.
“En este complejo patogénico predomina un espiroplasma (Spiroplasma kunkelii), que es una bacteria sin pared celular. Otros componentes del complejo que pueden estar presentes son un fitoplasma (Maize bushy stunt phytoplasma, MBSP) y dos virus: Virus del rayado fino (MRFV) y Maize striate mosaic virus (MSMV)”, detalló el especialista.
Incluso, acerca de esta cuestión que afecta al campo argentino, sostuvo que “estos patógenos se pueden presentar en forma conjunta y resulta difícil identificar cuál de ellos está presente sin recurrir a pruebas de laboratorio”. De confirmarse el problema, la enfermedad termina afectando la fisiología de la planta, provocando que sea más difícil que lleguen los nutrientes fotosintetizados a las espigas y llenen los granos.
Los problemas con el maíz tardío
En caso de que las plantas sean contaminadas tempranamente (de ahí el miedo a lo que ocurre con el sembrado tardío) en su ciclo de crecimiento las pérdidas que provoca la chicharrita pueden ser totales. Además, puede generar un enanismo, flores masculinas estériles, marlos rudimentarios y múltiples espigas.
“La existencia de maíces en diferentes fechas de siembra favorece la evolución de la plaga que tiene así un ‘puente verde’, al igual que con la presencia de zonas de producción de semilla y de choclo. Estos puentes verdes primaverales son determinantes en la dinámica poblacional” de la chicharrita”, detalló Ploper.
La explicación de otro experto sobre la chicharrita
De manera similar a lo expuesto por el ingeniero agrónomo, su colega Gastón Bellotti, coordinador comercial de la Cooperativa Santa Rosa en San Guillermo (Santa Fe), manifestó su preocupación por la situación. Él notificó que si la chicharrita está infectada, terminará por provocar que las enfermedades se expresen en el maíz, generando que hayan espigas con granos pequeños o granos medio salteados.
Acerca de los problemas generales que son consecuencia de la chicharrita, detalló: “Se genera también otros síntomas como el achaparramiento, el acortamiento entre nudos, el rayado en las hojas, pero bueno, esos ya son otros síntomas, y lo más importante es que genera pérdida de hasta el 70% del rendimiento”.
A su vez, el especialista se refirió a lo que ocurre en Santa Fe, el área en la que trabaja, con el insecto y la enfermedad: “Están todos los lotes con síntomas, algunos con pérdidas del 100%, otros con algún rinde esperado de 2.000 kilos, cuando en un año normal podemos hablar de 7.000 kilos de promedio; porque los últimos años la verdad que no fueron tan buenos y bajaron un poco el promedio”.
Recomendaciones para combatir la chicharrita
Finalmente, cabe destacar que no existen tratamientos específicos para aliviar el impacto de la enfermedad, pero sí se pueden tomar una serie de medidas para disminuir su impacto:
- Realizar monitoreos durante todo el invierno para analizar la evolución de la chicharrita en las plantas hospederas.
- Realizar tratamiento de semillas en los cultivos de maíz para la temporada que viene.
- Aplicar fitosanitarios regularmente.
- Usar insecticidas sistémicos.
