Ante los devastadores efectos del cambio climático, la ciencia está buscando desarrollar métodos que permitan mejorar la producción agrícola y ganadera utilizando sistemas sostenibles. En este sentido, la revolución biotecnológica es uno de los campos que más avanzó en el último tiempo, permitiendo realizar grandes innovaciones en el área.
La edición genética con CRISPR, que, por sus siglas en inglés, significa Repeticiones Palindrómicas Cortas Agrupadas y Regularmente Interespaciadas, podría transformar el mundo de la producción agrícola y ganadera, generando un cambio de panorama y desarrollando alimentos más nutritivos, sostenibles y resistentes de una manera sustentable.
La rama biotecnológica ideó un método que hace posible transformar el ADN de todos los organismos, de manera sumamente eficiente y fácil de llevar a cabo. Se realiza utilizando la enzima Cas9, cortando e introduciendo fragmentos de Ácido desoxirribonucleico.
Una vez que concluye este proceso, ya introducidos los cambios en el genoma, el método CRISPR permite a los científicos modificar las características de, no solo los animales y las plantas, si no también de los propios seres humanos. Estas alteraciones permiten combatir, entre otras cosas, enfermedades.
De esta manera, con respecto al campo de la agricultura y la ganadería, y ante el avance del cambio climático, se espera que este proceso biotecnológico permita incrementar la producción, alterando los genes que ya existen en las plantas y los animales, reduciendo el riesgo de efectos secundarios y creando alimentos más sostenibles. La ventaja que tiene, al ser un proceso rápido y fácil de realizar, es que se evitan las tecnologías tradicionales, que son más lentas y caras.
Las primeras experiencias de la revolución biotecnológica
En Eagan, Minnesota, Recombinetics realizó una de las primeras aplicaciones de la edición genética con CRISPR. Lo hicieron con una mostaza verde dulce, desarrollada por Pairwase. El laboratorio se unió con la empresa detrás del aderezo para eliminar un gen que le confiere un sabor amargo a su producto. La Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA) aprobó la comercialización de este nuevo producto.
A su vez, Recombinetics desarrolló una técnica similar en la genética de las vacas. En los laboratorios, elaboraron un gen que mejora el pelaje del animal, permitiéndoles tener una mayor resistencia al calor durante el verano.
Estados Unidos lidera esta nueva revolución, que se logró aplicar a varios animales y plantas, y que en un futuro se utilizará en otros ámbitos de la vida humana. A lo largo del país, varias empresas ya solicitaron permisos de patentes para usar esta técnica en sus productos.