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Yerba Mate en la producción de carbones activados

Un cuenco con yerba mate.

Un grupo de científicos argentinos comprobó que los desechos de la yerba mate se pueden procesar para producir carbones activados, con una excelente performance para el almacenamiento de energía. La investigación, publicada en el Journal of Environmental Management, propone un nuevo uso para el millón de toneladas de yerba lavada que se desecha por año en la Argentina. Esta propuesta sienta el primer precedente a nivel mundial sobre la potencialidad de un desecho orgánico sumamente frecuente en la región, siendo quizás el puntapié inicial para el desarrollo de una nueva industria local. 

La ingeniera química, Florencia Jerez, primera autora del trabajo, declaró: “Hasta ahora nadie había pensado en la potencialidad tecnológica de un residuo tan abundante como la yerba mate en Latinoamérica. Pero pudimos demostrar que esa potencialidad, en realidad, es una oportunidad para nuestro país y la región. Abre las puertas a la posibilidad de impulsar una industria que no se encuentra desarrollada, y, eventualmente, a sustituir importaciones y generar empleo local”. A esto añadió: “Las pruebas satisfactorias en el laboratorio nos permiten pensar en escalar a una planta piloto, que en un futuro nos ayude a mostrar a los inversores que es factible económicamente utilizar yerba mate en la síntesis de carbones activados”.

El uso de energías renovables como reemplazo para el consumo de combustibles fósiles es cada vez mayor, a tal punto que comenzó a ser evidente la necesidad de contar con sistemas de almacenamiento que estabilice los picos de consumo y suministro, que dificultan su consumo directo. Por eso es que en la actualidad se emplean sistemas híbridos, compuestos por una batería que almacena y entrega energía de forma constante, y un supercapacitos que absorbe los picos de potencia (además de alargar la vida útil de la batería). A diferencia de una batería, que almacena energía y la libera durante un largo periódo de tiempo, los supercapacitores acumulan menos pero entregan muy rápido, por eso es que se usan ambos de forma complementaria. 

Jerez señala que la mayoría de los supercapacitadores comerciales emplean carbones activados, que se obtienen de carbonizar y tratar madera de árboles que son plantados especialmente. Es allí donde descansa la revolución de la yerba mate: de la hierba descartada se pueden obtener excelentes carbones activados, para lo cual se somete el descarte a un proceso de carbonización a elevadas temperaturas y posteriormente se “activa” mediante el agregado de un agente químico. De esta forma, no solo se aprovecha el residuo sino que también se evita la tala de árboles, cuyas consecuencias ambientales pueden ser muy negativas.

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