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Por qué los agricultores europeos exigen políticas verdes

Un especialista detalló las razones por las que los agricultores europeos no se oponen a una reglamentación ambiental.

A pesar de que los agricultores europeos se hayan manifestado contra una serie de políticas ambientales que una serie de gobiernos (como el francés, el polaco o el belga) quisieron imponer para disminuir la contaminación, varios de ellos aseguraron que son los primeros en desear que se realicen normativas verdes para alentar la lucha contra el cambio climático.

Así lo explicó Jean Mathieu Thévenot, uno de los agricultores europeos que brindó una entrevista a Euronews Green. Él detalló que no están en contra “de los ecologistas, de hecho es todo lo contrario: queremos normas ecológicas realmente estrictas en Europa“. Y las razones detrás de este pedido son varias.

Por qué los agricultores europeos exigen políticas ambientales

Dentro de las declaraciones periodísticas, el hombre de 30 años detalló que ellos son los más perjudicados por los problemas del calentamiento global: “Como agricultores, somos los primeros afectados por el cambio climático debido a las condiciones meteorológicas. También somos los primeros afectados por los pesticidas: los agricultores mueren de cáncer por esta causa”.

Cabe destacar que este Thevenot es uno de los representantes en asuntos climáticos de la Coordinadora Europea Vía Campesina (ECVC), que es una confederación de sindicatos que representan a los pequeños agricultores y que realiza actividades en conjunto con los funcionarios para lanzar políticas medioambientales que sean beneficiosas para los productores. 

Por qué son beneficiosas las políticas verdes para los agricultores europeos

Según explicó en la entrevista, lo que ocurrió a principio de año con las manifestaciones en las ciudades y los famosos tractorazos que se apoderaron de varias capitales del continente terminó por “manchar” las verdaderas razones detrás de las cuáles se estaban manifestando, además de oponer a los agricultores europeos con los ambientalistas.

“Había una falsa oposición entre los ecologistas de las ciudades y los agricultores rurales”, mencionó sobre este apartado, y agregó: “Creemos que es una manipulación: es la gran industria intentando que agricultores y ecologistas luchen entre sí cuando el verdadero problema es la propia industria“.

Los agricultores europeos aseguraron que no se oponen a esta tendencia mundial.

Con este testimonio quiere decir que los agricultores europeos lo que pedían no era cancelar las políticas ecológicas sino que querían que los ingresos por los productos que vendían sean más justos. 

Esto afecta especialmente a los pequeños productores, ya que según la organización en la que trabaja, sus salarios promedios (en la mayoría de la Unión Europea) son menos de la mitad que la de los ciudadanos promedio.

Cuál es la postura de su entidad

Desde los agricultores europeos y la organización en la que es miembro impulsan un cambio, especialmente por lo que ocurrió tras la manifestación. «Transformaron estas demandas en ‘no, lo que necesitamos es menos regulación medioambiental, porque esa es la razón por la que los agricultores no pueden ganarse la vida’”, explica el especialista.

Cabe destacar que una de las razones por la que se manifestaron era por el ingreso desmedido de cultivos de otros países, que cumplían con menos normas a la hora de realizar su trabajo, lo que derivó en productos más baratos porque debían llevar a cabo menos actividades. 

Los agricultores europeos se manifestaron en enero y febrero en distintas ciudades del continente.

A pesar de que consideran que es imposible competir contra los exportadores internacionales, que tienen normas menos estrictas, como es el caso de varios países de América Latina, no están a favor de rebajar las reglas al mismo nivel.

“En realidad, la solución es prohibir las importaciones que no sigan nuestras normas… y fijar precios mínimos”, detalla Thevenot. Para ellos los acuerdos de libre comercio perjudican a los agricultores europeos más pequeños, en especial porque su trabajo se ve perjudicado por las condiciones climáticas extremas.

Cuál es su postura ante el cambio climático

Thevenot reconoce que este es uno de los problemas que afronta la humanidad y los agricultores, por lo que no es algo que ocurrirá en el futuro, sino que ya está aquí, lo remarcó en la entrevista. Para él, incluso, su gran problema es la imprevisibilidad. Esto se demostró en lo que ocurrió con una primavera más fría de lo normal en su región de trabajo.

Además, apuntó contra un tipo de establecimientos: “Estamos luchando contra los supermercados y todas las cadenas largas porque, en primer lugar, creemos que son responsables del cambio climático, porque emiten mucho CO2, y en segundo lugar, no respetan en absoluto a los agricultores y ni siquiera se preocupan por la situación”.

Sobre este punto, se refirió a lo que sucede en su país: “Para ellos, creo que el cambio ni siquiera se está produciendo. ¿No hay tomates en Francia? Lo compran en Marruecos, a un precio realmente bajo“.

Los agricultores europeos piden otro tipo de soluciones.

Es por esta razón que él le pide a los gobiernos que le exijan a los gobiernos a intervenir en la fijación de los precios en los supermercados, de modo que tengan que comprar los productos importados a un valor similar al de los locales.

“Siempre hemos dicho que la comida no es una mercancía. La comida es la base de la vida, así que no debería incluirse en el sistema de la Organización Mundial del Comercio ni en ningún acuerdo de libre comercio, porque no es un coche, no es un ordenador. Es algo que necesitamos para vivir“, detalló Jean.

Cuál considera que es la solución a la crisis 

Por el momento, desde CVC se oponen a lo que el entrevistado considera que son “herramientas de lavado verde para marcar las casillas del acuerdo de París con cero resultados garantizados».

De todas formas, plantea que alguna de las estrategias de la Unión Europea “de la granja a la mesa”, de los cuales los objetivos son crear alimentos sostenibles, son positivas. De todas formas, consideran que la finalidad de sus proyectos debería ser distinta. 

En este sentido, apuestan por políticas que deberían proteger a los pequeños productores, ya que sus prácticas colaboran en evitar la pérdida de la biodiversidad, no utilizan una gran cantidad de combustibles fósiles ni pesticidas y además son vitales para la existencia de comunidades rurales.

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