En los últimos años, la mayoría de los países se comprometieron para luchar contra el cambio climático, un problema que afecta a la actividad de muchos sectores, incluidos la ganadería y la agricultura. En algunas ocasiones, la sequía, la falta de lluvias o el exceso de precipitaciones son consecuencia de estos fenómenos.
En este sentido, el campo se ha convertido en un gran aliado para combatir el cambio climático, principalmente porque a través de la implementación de varias estrategias puede lograr reducir considerablemente las emisiones de gases de efecto invernadero, además de generar alimentos y productos que son esenciales para disminuir el impacto del calentamiento global en el planeta.
Algunas debates sobre la importancia del campo
En la COP 28, un evento de magnitud mundial que reúne a los principales líderes de todo el mundo y que es organizado por Naciones Unidas, se debatió largo y tendido acerca de la importancia que tienen las actividades ganaderas y agrícolas para disminuir el calentamiento global a sus índices promedios de la época preindustrial.
Una de las conclusiones fundamentales a las que arribaron los especialistas y los funcionarios de los gobiernos es que el campo tiene una gran importancia para el bienestar de las sociedades, para la economía de los países y también puede ser un aliado esencial que permitiría reducir el impacto si se implementan estrategias conjuntas entre los productores.
Por qué el campo es un aliado fundamental para luchar contra el cambio climático
Una de las razones principales que convierten a la actividad en un aliado esencial es que una parte pequeña pero significativa en porcentaje de las emisiones de carbono son consecuencia de trabajos que se realizan en los campos. Aunque la mayoría de esta contaminación proviene de las labores industriales y el transporte.
Como consecuencia de esto, cambiar el modo en que se afronta la producción, a través de estrategias renovables, que sean económicas y viables para los productores, especialmente los pequeños, sería uno de los apartados que más beneficiaría a disminuir el calentamiento global.
La agricultura regenerativa y sustentable
Existen algunas organizaciones que buscan implementar alternativas de producción, como es el caso de la Asociación de Productores en Siembra Directa (Aapresid) en Argentina. Su objetivo es demostrar cómo se pueden implementar cadenas agroalimentarias carbono neutrales que reducen las emisiones indirectas.
De hecho, el director de la organización detalló que “la agricultura basada en la siembra directa, la intensificación de rotaciones y la diversidad de cultivos es el modelo indiscutido para luchar contra el cambio climático”. Acerca de lo que se deberá hacer a futuro, mencionó: “Generar evidencia científica que demuestre los impactos positivos de estos modelos sobre la Huella de carbono, la reducción de las emisiones, el mejor uso del agua y el menor impacto ambiental”.
La importancia de los productos renovables
En el último tiempo, gracias al avance de algunas tecnologías, muchas empresas comenzaron a lanzar al mercado productos que son mucho menos contaminantes y que ayudan a reducir la contaminación y combatir el cambio climático. Esto incluye tanto biocombustibles para alimentar máquinas como fertilizantes que disminuyen el impacto en el ambiente.
Por ejemplo, el biodiesel es uno de los combustibles que más se está buscando implementar en las prácticas agrícolas porque logra sustituir la utilización de los fósiles (petróleo y gas) para alimentar a los tractores o a las máquinas que son dispositivos esenciales para trabajar en el campo.
La importancia del uso del suelo
Por otra parte, la tierra es uno de los elementos más relevantes que tienen los productores, especialmente los que trabajan en la agricultura. La situación de los suelos de los diversos ecosistemas termina siendo un factor que afecta el resultado final de cada temporada. Por eso existen muchas técnicas que lo protegen y que ayudan a combatir el cambio climático.
De acuerdo a lo explicado por la entidad World Wild Life, entre las estrategias más importantes, se destaca que “los agricultores y los ganaderos también pueden usar técnicas de producción climáticamente inteligentes, como plantar cultivos de cobertura y usar métodos de riego más precisos y eficientes para producir suficiente alimentos para todos y al mismo tiempo mantener el carbono en el suelo”.
La postura de un especialista argentino
Enfocado en la ganadería, Ernesto Viglizzo, quien formó parte de las discusiones en la COP 28, se refirió a lo que sucede con el cambio climático en la actividad y comparó los porcentajes de emisión entre América Latina y el resto del mundo.
“Algunos informes ampliamente difundidos en las últimas dos décadas atribuyen a la ganadería entre 14,5% y 18% de las emisiones globales de carbono, gran parte de ellas debidas a los bovinos”, explicó. “En términos reales, si recurrimos a las estadísticas de la FAO, las emisiones biogénicas de los bovinos en las Américas no superan hoy el 3% de las emisiones globales, y ese porcentaje desciende persistentemente año tras año desde 1960”, añadió.
La situación en Argentina
En base a lo que expresó en su discurso, solicitó que se investigue más acerca de las emisiones de la ganadería, aunque reconoció que suelen ser mayores a las de otras prácticas de la agricultura. Sobre lo que ocurre en su país de origen, se refirió al resultado de algunos estudios que analizaron el estado en el campo.
“De una muestra de 40 productores ganaderos evaluados, un tercio mostró ganancia significativa de carbono, un segundo tercio se mostró en condición neutra, y el tercio final mostró un balance claramente negativo”. “Esto nos permite concluir que es posible discriminar productores que ganan o pierden carbono, que es posible valorizar a los que ganan carbono, y que son parte de la solución del problema”, sostuvo.
Finalmente, cabe destacar que en Argentina existen múltiples ejemplos de productores que impulsan proyectos de ganadería y agricultura sustentables para combatir el cambio climático. Entre ellos se destacan, por ejemplo, el Grupo Gruber que impulsa la técnica silvopastoril en Misiones, y Lartirigoyen, una compañía que exporta bioinsumos.
