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Aftosa: Preocupación en el sector por la nueva vacuna que no cubre todas las cepas

El Gobierno tomó la decisión de aceptar la modificación de la dosis de la vacuna aftosa para el ganado bovino, para abaratar costos. Distintos sectores advierten sobre el cambio en la vacuna.

El vocero presidencial Manuel Adorni anunció en los últimos días que el Gobierno decidió de que la dosis de la vacuna aftosa para el ganado bovino pase de ser tetravalente a bivalente. Según el argumento oficial, la iniciativa que beneficiará a 200 mil productores que “ya que no van a depender del precio de un solo laboratorio y van a tener un costo menor”. Esa decisión, en la práctica, implica la posibilidad de que las vacunas se importen desde Brasil, cuyos laboratorios solamente producen la bivalente (es decir, solo para dos cepas del virus).

Al respecto, se expresaron distintas agrupaciones veterinarias y también representantes de los laboratorios nacionales que se ven perjudicados por la decisión. Plantean que invirtieron en desarrollar una vacuna acorde al mercado agropecuario argentino, y ahora una decisión intempestiva les genera una competencia desleal.

Rodolfo Bellinzoni, Doctor en Ciencias Veterinarias y Director de Operaciones e Innovación Biogénesis Bagó expresó: «En Argentina se utiliza una vacuna tetravalente contra la fiebre aftosa y se la debe considerar como la mejor opción para garantizar el estatus sanitario de nuestro país. La misma es elaborada por dos laboratorios en Argentina, Biogénesis Bagó y CDV», desarrolló.

Antecedentes de Aftosa en Argentina

«En este debate se propone retirar (de la vacuna) el virus A2001 que fue el último en aparecer en Argentina en el 2001 y en cambio mantener el A24 que es un virus aislado en el año 1955″, expresó.

«La vacuna que utiliza hoy Argentina es la más moderna y validada del mundo en términos de protección contra las variantes de virus de fiebre aftosa. Retirar el virus A2001de la vacuna sería un error y un paso atrás en términos de protección contra las variantes de virus tipo A que hoy circulan por el mundo, especialmente en países de la región como Venezuela donde está presente la enfermedad y no existen datos claros de cuáles son los tipos de virus de la aftosa circulantes«, insistió.

¿Qué pasará con la exportación?

Por otro lado, advirtió sobre las consecuencias que puede tener cambiar la vacunación en un contexto donde la Argentina necesita exportar sus producción bovina: «Debe considerarse además con sumo cuidado que los análisis de riesgo necesitan hacerse en todo sentido. Cuando se trata de vacunas originadas en otros países que van a ser inyectadas a nuestro ganado, se debe evaluar especialmente evitar el ingreso de enfermedades no existentes en el país, así como también medir las consecuencias de reducir el nivel de protección de nuestro rodeo».

El escrito también da cuenta de que en Bolivia y Brasil se dejó de vacunar, que Venezuela y Colombia siguen con fiebre aftosa. «Estos cambios en la región representan nuevos escenarios de riesgo y no hay que olvidar los vertiginosos cambios que hay a nivel global en cuanto al movimiento de personas y mercaderías de toda índole, generándose constantemente nuevos riesgos adicionales», describió.

«Argentina posee la mejor herramienta para estar seguros y está validada a nivel global por varias autoridades regulatorias y desafíos a campo, por lo que cualquier cambio debe ser para mejorar y no para que con el polémico argumento de “modernizar” se termine retrocediendo en todo lo conseguido en termino de estatus sanitario y acceso a mercados«, concluyó.

En el sector crece la sospecha de que detrás de la iniciativa altruista del nuevo proveedor de vacunas, se esconde un negocio para ubicar vacunas de menor calidad, próximas a vencer y sin las aprobaciones que requiere el SENASA para ingresar al país.

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